28 de febrero de 2008

Londoño : fuente inagotable de inspiración


Voy a mandar una carta a El Tiempo haciendo una petición : quisiera que el señor Londoño, nuestro querido Godofredo, escribiera todos los días. Si, eso me conviene, sus columnas son una fuente inagotable de inspiración. Siento, cuando lo veo, que estoy viviendo algo surreal, no puedo creer que exista en “la vida real” un personaje tan cliché. El es la Idea Platónica del Godo cerrado. El es el personaje del que todo el mundo se burla porque no admite nada y cree ciegamente en cosas. No puedo creer que en verdad exista un personaje así y leerlo y constatar que es de verdad, de carne y hueso, como dirían unos amigos míos, me hace entrar en “delicia”. Lo jueves corro al computador y abro la pagina de El Tiempo para ver qué ha inventado el señor Londoño para que podamos seguir divirtiendonos. Se trata de un estereotipo tan absolutamente descarado que estoy por pensar que se trata de un personaje creado por el periódico (o por alguien mas) para hacernos reír, como lo son Tola y Maruja en El Espectador.

Hoy la columna del señor Londoño hace entrar dos veces más “en delicia”. El sigue con el tema de la marcha del 6 de marzo y su indignación frente a la “mamerteria criolla” que osa poner en tela de juicio a tan loable institución como lo es las Fuerzas Armadas. Hace todo un recuento, à la Londoño (ya se imaginaran), de los falsos positivos, de atentados, del caso de Jamundi, etc. Muestra como el pobre Estado colombiano queda mal frente a esas acusaciones mientras los acusadores se “llenan los bolsillos de oro”. Pero el señor Londoño introduce un nuevo termino en esta columna: el “paramamertismo complaciente”. Se trata de aquellos que no entran dentro de la categoría del “mamertismo criollo”, porque no son del Polo, ni son personas que han defendido siempre los derechos humanos, ni están en contra del TLC, ni han manifestado un rechazo abierto a Uribe, pero están apoyando la marcha. Podríamos decir que se refiere a los de la W, por ejemplo, que han dicho que van a ir a la marcha y no han sido considerados por la opinión publica de derecha como “mamertos” (como lo serian tipos como Cepeda, Molano, Coronell, Zuleta, etc). El señor Londoño introduce la categoría “paramamertismo complaciente” como una manera temerosa de atacar a los Santos. Por qué? Por el editorial que han publicado el día de hoy en El Tiempo. Por eso la columna de Londoño es dos veces más interesante que las anteriores. En el editorial, el periódico invita a la marcha del 6 de marzo, hablando de la importancia de reconocer que el Estado ha llevado a cabo crímenes y que no se puede olvidar los crímenes paramilitares (“aunque ellos ya estén desmovilizados y ya no estén delinquiendo”). Obviamente, este editorial no es tan duro con la actitud del gobierno frente a esta marcha (dice que debe verla con buenos ojos) y aprovecha para echarle “vainas” a la actitud del Polo frente a la marcha del 4 de febrero. Sin embargo, hace referencia a los columnistas de su propio periódico que se han expresado contra la marcha (sin dar nombres, por supuesto) diciendo que es importante rechazar todo tipo de violencia.

Digo que la columna del señor Londoño es maravillosa por el contexto en la que es publicada y teniendo en cuenta lo que había dicho antes. En la anterior, se dedico a acabar con la imagen del Espectador por apoyar la marcha y dijo que era increíble que esto estuviera sucediendo. Uno de sus ataques mas fuertes era que El Espectador es el diario del “hombre mas rico de Colombia”. Ahora, cuando continua atacando la marcha y a quienes la convocan, no dice nada explicito sobre el propio diario donde escribe, que pertenece a la familia del Vicepresidente de la Republica y que esta apoyando abiertamente el homenaje. Yo, entré en delicia cuando utilizo el nuevo termino “paramamertismo complaciente” para atacar tímidamente a las directivas de El Tiempo. Falta ver si el próximo jueves es capaz de pronunciarse duramente y explícitamente en contra de ellos. Apostemos, yo lo dudo.

Propongo, en cambio, que ese término se acuñe definitivamente porque es maravilloso. Hay señor Londoño, qué delicia poder leerlo… mis días en el frió parisino se vuelven mucho mas cortos cuando leo su columna y me río. Me dan ataques de risa en donde lloro y me duele la barriga. Es increíble ver como, cuando la opinión publica no se atreve a atacar esta marcha, porque es evidente que no tiene por donde ser atacada, cuando la opinión publica decide dar un “si” tímido (pero un si) porque “no le queda de otra” , el sigue empecinado en dar la batalla y lanzar injurias a diestra y siniestra. Eso yo lo encuentro muy pero muy cómico.

27 de febrero de 2008

Imaginarios fragmentados = Sociedades fragmentadas


El trabajo que me da, digamos, de comer y me permite hacer cuentas mes por mes en Paris es el de profesora de español e inglés. Es decir, dictar clases me permite tener una entrada fija cada mes y saber con qué plata cuento. Por supuesto, hay otros trabajillos que salen, pero no son constantes y se trata de una platica extra (siempre bien recibida) pero es eso, un extra.

Comencé hace ya un par de años dictando clases a adultos en un Instituto. Pronto descubrí cuanto me “explotaban” puesto que mis estudiantes (importantes ejecutivos de la bolsa parisina) pagaban por lo menos 60 euros la hora y a mi ni siquiera 20. Es obvio, el Instituto tenía que hacerse una ganancia. El trabajo con adultos no se limita solamente a dictar la clase, hay que prepararla, buscar lecturas que les parezcan interesantes, ejercicios y dejar tareas (que poco hacían). Así, el dinero que yo recibía por las clases no correspondía para nada con el tiempo trabajado. Para cada clase había que trabajar, al menos, 30 minutos más -de preparación-. Por ello, decidí partir y lanzarme al agua yo sola. Comencé a dictar clases de inglés y español a un par de adultos. En efecto, tenía también que preparar las clases, pero como estaba sola, la paga era mejor y así se justificaba el tiempo “extra” trabajado. Al mismo tiempo, comencé a dictar clases a niños de colegio que tenían mal nivel en español (y en inglés) y conocí el paraíso: buena paga (por el hecho de ser independiente) y nada de preparación. La clase se limita a llegar a la casa y preparar al “chino” para el próximo examen o control o trabajo. Se utilizan los textos que les dan en el colegio (que son los mismos para todos) y ya! Ahora, estoy dedicada al 100% a mis niños de bachillerato que son muy graciosos y me permiten tomarme la vida con más calma.

He dado este contexto casi interminable precisamente para hablar de lo que he encontrado en los textos y en la educación francesa. Las clases de español se centran tanto en la cultura y “civilización” española como en la latinoamericana. Los estudiantes leen textos sobre España y la vida allá y también sobre América Latina y su sociedad. Dependiendo del profesor, los textos escogidos tendrán un carácter más “militante” que otros. Sin embargo hay tres anécdotas que han llamado mi atención en estas clases. Quiero compartirlas con mis lectores porque han sido objeto de reflexión en varias ocasiones.

La primera. Un estudiante estaba leyendo varios textos sobre América Latina. La mayoría de ellos trataban sobre indígenas en Ecuador, México y Perú. Hablaban sobre sus creencias, sociedades y el problema de la pobreza. Ya esto, de entrada llamo mi atención pues me toco la manera como en Francia se están construyendo (a través de la educación) los imaginarios de América latina. La anécdota va a algo que tiene que ver con los imaginarios, pero de una manera más concreta, más flagrante. Dentro del contexto que da el libro para que el estudiante comprenda los textos, había toda una explicación sobre las diferentes “razas” que hay en el territorio americano. Había un mapa con los diferentes países dibujados y con unos diagramas para cada país en donde mostraban la proporción de la existencia de “razas” . Por ejemplo, en Bolivia aparecía (digo cualquier cosa) 60% indígenas, 3% negros, 2% blancos europeos y, cuanto me falta? El resto mestizos. En Argentina, claro, las proporciones cambiaban: 60% blancos europeos, 2% indígenas y así… Debo recordar que estoy dando porcentajes que no corresponden ni a la realidad de esos países, ni a las cifras que daba el libro, pero lo hago a manera de ilustración. Me llamo la atención como los franceses continúan fragmentando nuestras sociedades y mostrando que ahí donde hay mas presencia, digamos indígena, la proporción de pobreza es más alta, mientras que donde hay mas alta presencia “blanca europea” la pobreza es menor y el desarrollo más fuerte. El imaginario de sociedades fragmentadas es algo muy presente en Latinoamérica, pero me impresiono ver como el producto de una división europea de corte colonial esta tan presente tanto en nuestras sociedades como en las de “este lado del charco”. En Francia (porque no sé como suceda en otros países) la escuela esta construyendo imaginarios de una América latina dividida en diferentes razas al interior de cada sociedad, cada una con sus particularidades y problemas. Nos quedamos, se quedaron, en la época de la colonia y seguimos reproduciendo ese tipo de esquemas….

La segunda. Esta vez en una clase de inglés. Mi estudiante estaba leyendo sobre los primeros colonizadores de Australia. Después de una lectura sobre este tema, mi estudiante tuvo un “control”. Le fue bastante mal (cosa que me disgusto porque mi reputación esta en juego) y la profesora les pidió corregir el examen para la siguiente clase. Una de las preguntas era definir la palabra “Aborigen”. Era la única pregunta que mi querido Quentin tuvo bien. El había escrito lo siguiente –más o menos-: “Aborigen es una persona que hace parte de una población no desarrollada, es decir primitiva”. Al lado de la respuesta de mi querido Quentin había un gran “chulo” que había puesto la profesora. Bueno, creo que los comentarios sobran, o no? Vuelvo al mismo cuento de antes. Qué imaginarios están construyendo estos niños sobre otro tipo de civilizaciones diferentes a la de ellos? O al menos a las occidentales?

Tercera. Con sorpresa descubrí que los textos escolares de español hablan de Colombia. Sin embargo, trabajan con los únicos imaginarios que existen acá en Francia sobre nuestro país: Gabriel García Márquez e Ingrid Betancourt. Hay uno o dos textos de García Márquez (a quien llaman solo Márquez, los estudiantes, claro) y hay como 4 páginas sobre los secuestros en Colombia y el caso de Ingrid.

Mi reflexión va a la importancia de los textos escolares. No pretendo hacer una disertación sobre este tema en esta pequeña página. Pero si quiero llamar la atención para que miremos con cuidado lo que nuestros niños están leyendo y los imaginarios que se están construyendo a través de estas lecturas. Hablando sobre este tema con un par de amigas francesas ellas me decían: “Marcela, pero eso no es lo único, mira la figura de la mujer que manejan estos textos: la mama siempre esta lavando la ropa, haciendo las tareas del hogar y el padre aparece poco, solo para jugar o para salir de compras”.

Creo entrañablemente en la importancia de la construcción de imaginarios para lograr sociedades más justas y equitativas. En esta construcción, la educación tiene un rol crucial. Pero esto ya lo sabemos todos, ese discurso lo maneja hasta el peor de los Ministros de Educación de cualquier país. Los invito entonces a que, mientras no podamos cambiarlos, hagamos un trabajo de “resistencia” frente a este tipo de imágenes. A no abordar las iconografías y las lecturas de una manera ingenua. La imagen y el texto tienen un poder muy alto en la construcción de imaginarios (y déle con la palabrita!!!) y ellos en ultimas, son los que rigen las sociedades. No se trata de no leer y de censurar la lectura. Se trata entonces de desenmascarar lo que se encuentra subyacente. He dicho….

25 de febrero de 2008

De vuelta de Barcelona


He tenido durante una semana entera abandonado mi lugar de desahogo…Lo siento. No lo siento solamente por mis lectores, que aun son pocos y tienen otros mil sitios a donde ir. Lo siento sobre todo por mi. He estado leyendo la prensa. He estado al tanto de la situación, no solo en Colombia (donde cada vez la cosa se pone color “hormiga”, donde insultos van y vienen, donde la corrupción continua siendo algo del día a día, etc..) sino aquí en Francia (donde la cosa se pone color “hormiga”, donde los insultos van y vienen, donde la corrupción ES) pero no siento que tenga nada qué decir. Llegué ayer de Barcelona y, debo confesar, esto me dio un aire nuevo. No me preocupé en tres días por escribir, por pensar, por saber qué debo decir. Solo me dejé ser…salí a caminar por el centro, me perdí en las calles del barrio Gótico. Tomé cerveza, tomé vino…hablé de cuanta imbecilidad se les venga a la cabeza. Me calenté un poco, hacia calor aunque los residentes se ponían abrigos y bufandas y botas. Yo estaba absolutamente maravillada de recibir el sol y de sentir calor. Por eso, no tengo mucho qué decir ahora. Me he perdonado con el mundo en esos días. Ya de vuelta a la rutina parisina volveré con mis disertaciones mentales, con mis ganas de escribir. Ahora disfruto lo que me queda de Barcelona, del clima, de no pensar en nada, de no querer decir nada. Siento desilusionar a algunos con este texto. Siento desilusionarme yo… pero ahora siento tan solo ganas de oler, sentir el mundo. Esto será hasta mañana, cuando la rapidez de la ciudad me haga estrellarme contra la realidad y las noticias de Colombia me vuelvan a hervir la sangre. Nos veremos en dos días, o tres, cuando vuelva a mi estado de inmensa indignación. Ahora no puedo pelear, no puedo argumentar, solo puedo pensar y sentir y recordar… Lo siento, pero creo que a veces es necesario encontrarse en este estado en el que estoy... en reconciliación con el mundo